lunes, 28 de marzo de 2016

LONDON. Ese lugar donde todo va al revés.

Bueno, amigos. Antes de nada gracias por el feedback de las últimas publicaciones. Especialmente la última. Pronto habrá nuevos "itinerarios" por Galicia y otros puntos de España, que yo soy muy de contar mi vida por los Cayos de Florida, y no haberos hablado todavía del parque de Santa Margarita, que lo tengo a 10 metros de casa.

Pero hoy, sin llegar a cruzar el charco, si vamos a sobrevolar el Canal de la Mancha (cuando era pequeño, no entendía como podía haber un golfo de León y un canal de la Mancha...si León y La Mancha no tenían mar. En realidad, sigo sin entenderlo)



Nos vamos a Londres. Si recordáis la entrada sobre París, acerca de gente estirada y que tenían un palo metido por el culo (si, en Paris ponía puntos suspensivos, pero no me gusta la autocensura), podéis aplicarlo a los londinenses de pura cepa. Los de té de las cinco, partida de bridge y caza del zorro los domingos.
Es decir. Hoy en día, prácticamente nadie.

Londres es una ciudad multicultural, vibrante y que tiene muchísimo que ofrecer. Quienes me conocéis, sabéis que vivir en una ciudad demasiado grande, probablemente acabaría por agobiarme, pero si tuviese que elegir una, me quedaría con Londres.
Y todo ello, a pesar de que los coches van por la izquierda, y cruzar se convierte en un acto de fe.
Algún día, me gustaría conducir por Londres...un día en el que no tenga nada que perder. De momento, voy bien en metro, jajajaja.

Eso sí. Esta ciudad tiene un defecto principal. En Londres sobra gente. En serio. Sobra. Si no es imprescindible, no vayáis. No puede haber más gente ahí. Pero lo bonito, es que pasear por Londres es, en primer lugar, una experiencia vibrante.



En una tarde "a patitas" por la capital del reino de Inglaterra, podremos sentir que paseamos por Nueva Delhi o Islamabad, para posteriormente, encontrarnos en Abidjan o Lagos.

Tras un par de calles de estilo victoriano, oscuras y atractivas al mismo tiempo, nos introduciríamos en una zona puramente caribeña, donde el inglés que se habla es completamente ininteligible, por mucho first, mucho advanced o mucho IELTS que tengas.

Combinemos todo esto con escoceses, galeses, irlandeses, gente del norte de Inglaterra, sudafricanos, norteamericanos y australianos...un paseo por Londres puede suponer un paseo por todas los acentos ingleses del mundo.

Y por supuesto, el cockney, o jerga rimada. Esa manera tan peculiar que tienen de hablar los londinenses de pura cepa (especialmente de los estratos sociales más bajos, East End y similares).
¿Problema? Es más difícil encontrarse con un londinense de pura cepa que que el Leicester city, el Lorient y el Deportivo ganen sus ligas el mismo año.

Y esto, hablando solo de acentos ingleses. Pero caminar por Londres es caminar por el mundo entero. Acentos españoles, franceses, italianos, portugueses o asiáticos.

Es fácil entrar en cualquier pub, y escuchar gritar. ¿Están matando a alguien? No, hay españoles dentro. O italianos.

A falta de visitar New York, Londres es, con diferencia, la ciudad más heterogénea que conozco, y su emplazamiento privilegiado, las oportunidades laborales e idiomáticas y sus precios asequibles, hacen que sea un destino ideal para turistas, estudiantes o trabajadores.

¿Qué guay, eh? Precios asequibles, ¿eh? Ni de coña, amigos. Londres sale más caro que equivocarse de grupo de whatsapp mientras haces "sexting"...O sea...que me lo han contado. Creo. No sé. Bueno, que me lío.

Eso, que Londres es carísimo. ¿Merece la pena? Sin duda. Pero si váis a vivir allí, preparaos para alquilar una habitación en Zona 4, que es como vivir en Cuenca e ir a trabajar a Madrid. Y eso, alquilando una habitación. Búscate piso para tú solo.

Para el turista, tampoco es barato, pero con un poquito de ayuda de internet (lo siento, agencias de viajes. Estáis desfasadas) podremos encontrar hoteles u hostales decentillos, a precios asequibles, y lo suficientemente cerca del centro, como para que el viaje en metro no sea eterno.

Siempre recomiendo el London House Hotel, situado en la zona de Bayswater/Queensway, en la esquina superior izquierda de Hyde Park, según miras un mapa.



Una zona de vibrante actividad, con mercadillos, un par de buenos restaurantes, bien comunicado por metro y con mi rincón favorito de la ciudad, Hyde Park, ahí mismo.

Pero vamos a ver Londres con un poquito más de detalle.



- ¿Por qué ir a Londres?:

Porque como decía, viajar a Londres no solo significa ir al corazón de la capital de "Su Majestad", sino en realidad, hacer un corto viaje (apenas dos horas en avión desde A Coruña) a todos los lugares del mundo.
Musicales, teatro de calidad, conciertos, música en directo en los pubs, "premieres" de cine, un museo de cera de verdad (algún día hablaré de lo que perpetran en Madrid), parques, tradiciones centenarias mezcladas con la más vibrante modernidad, casas y edificios espectaculares. En definitiva, Londres tiene lo que cualquier gran ciudad puede ofrecer...pero con un halo de autenticidad mucho mayor. No es lo mismo escuchar a una banda hacer "covers" de los Beatles, Coldplay, U2, Blur u Oasis en un pub de Londres, que en uno de Benidorm. Aunque probablemente haya más ingleses en Benidorm.

Además, la oferta cultural permanente en forma de museos y edificios históricos, hace que la visita a la capital del Reino Unido, sea obligada.



Yo he estado ya 3 veces, pero siendo la última hace más de 4 años, ya va siendo hora de volver, y comprobar que, pese a las tensiones internacionales, es posible ver parejas paseando de la mano con estilos diferentes, razas diferentes e incluso religiones diferentes.
Además, en la capital inglesa se hace realidad eso de que "da igual como vayas vestido, nadie se va a fijar en ti". Chilabas, minifaldas, pelos teñidos de colores imposibles, caracterizaciones de cómic-manga, fez, kipá, gorra de béisbol "de medio lao", y hasta gente vestida normal.

Seguro que en Londres hay gilipollas de diversas religiones, creencias y/o ideas políticas. Es más, claro que los hay.
Pero si algo me gusta de esta ciudad es que, con muy pocas excepciones, uno se reconcilia con la idea de que otro mundo es posible.


- Imprescindibles:

Londres tiene la ventaja de que el turista que llega por primera vez sabe de sobra lo que quiere ver. Entre películas, documentales y el vecino del quinto dando la lata con el puente de no se qué, y la abadía de "Wismister", la "Tei" Modern y el museo británico, donde puedes entrar sin pagar...hacen que mucha gente que no lo ha pisado, ya conozca la ciudad mejor que la suya.

Pues aquí voy a ejercer de vecino del quinto pesado y repetitivo, pero pronunciando un poquito mejor.

Quizá, la zona más emblemática y céntrica de Londres sea Westminster, donde se encuentran la famosa abadía, el parlamento con la archiconocida torre del reloj (Big Ben), el río Támesis (Thames) y la moderna noria que proporciona unas vistas maravillosas y románticas (salvo si vas con tu padre, como fue mi caso) de toda la zona, especialmente al atardecer.



Las fotos junto a la cabina de teléfonos desde la cual se ve el Big Ben, las tenemos todos. No, tu no porque perdiste el móvil. Tu tampoco, porque cuando tu ex novia cortó contigo, no te las pasó. Pero te las sacaste. Y lo sabes.
Y los que no habéis ido, os la sacaréís. Y lo que es peor. Os acordaréis de mi mientras lo hagáis.

Un paseo de media hora, hacia el norte de la ciudad, atravesando el Soho (con su barrio chino, y la enorme tienda de M & M donde todos también tenemos fotos), nos llevará hacia otro de los imprescindibles. El British Museum.

Y es verdad que no hay que pagar. Pero no es menos cierto, que el museo pide una "voluntad" para la conservación de la incomparable colección que alberga.
Observando durante un rato quién paga y quién no, podemos distinguir a los turistas según su nacionalidad en la escala "español-nórdico", en la que "español" es aquel que no mete ni los céntimos que le sobran, y "nórdico" el que incluso pone billetes. El nombre de la escala es completamente aleatorio y casual.



La Piedra Rosetta, la mitad de las momias y tesoros egipcios, antigüedades sumerias, persas, asirias y romanas. Reliquias Aztecas y Mayas, y sobre todo, el 99% de lo que había dentro del Partenón y otros templos griegos (en algún caso, el templo griego completo, transportado por piezas y montado como si fuese de Lego).
Todo esto y muchas cosas más (mi favorita, la espectacular biblioteca donde se documentaron personalidades como Karl Marx, Bram Stoker, Rudyard Kipling, Lenin o Gandhi) hacen que la visita al British Museum sea completamente IM PRES CIN DI BLE. Con mayúsculas.

Podemos debatir si queréis la moral tan típicamente inglesa que llevó a esquilmar todo tipo de yacimientos y llevárselos "a casa" para presumir. Y no devolverlos. Pero bueno, los ingleses siempre han sido piratas y corsarios, así que no debería sorprendernos.

Limitémonos a no juzgarlo mucho, y a disfrutar de tan increíbles tesoros.

Si hay un tercer imprescindible, es sin duda, el conjunto formado por el precioso Tower Bridge y la colindante Tower of London, el castillo-prisión donde se guardan las joyas de la corona, y hogar de fantasmas y leyendas.

No hay muchos puentes más bonitos en el mundo que este precioso puente levadizo construido a finales del siglo XIX, y que conecta la zona de Whitechapel y el centro financiero de la City, con
Southwark.



Además, en la misma zona está la famosa catedral de Saint Paul, y el monumento conmemorativo del gran incendio de Londres de 1666, con sus 61 metros de altura...marcando simbólicamente la distancia entre ese punto, y la panadería donde se inició. Es decir, 61 metros.


Hyde Park, el gran pulmón de Londres, con sus ardillas, su lago, su gente haciendo todo tipo de deportes, o tumbada al sol (si, a veces sale el sol en Inglaterra), sus árboles, y sus fuentes, además de los arcos triunfales que se encuentran en sus extremos, Marble Arch y Wellington Arch, merece muchísimo uno o dos paseos.
Como os decía, es mi ríncón favorito de la ciudad, y resulta delicioso caminar al amanecer o al atardecer por este enorme y verde jardín de 250 hectáreas (cuando lo unimos a los contiguos Kensington Gardens), sumando un área superior a la del Principado de Mónaco.



Eso si, que no os pille la noche, porque no hay farolas, y en ese caso, mejor llevar una linterna en el móvil.

Buckingham Palace, es otro lugar que merece una visita, especialmente durante el cambio de guardia, aunque habrá que andar a codazos con los demás turistas para poder ver algo.
Sin duda, no por típico es menos recomendable.

El edificio en si, hogar de residencia de la familia real, y al que es bonito acceder tras un paseo por el vecino St. James Park, no es gran cosa, pero por lo que significa, siempre resulta interesante verlo.



Otro lugar que me encanta es el Museo de Historia Natural, situado junto al Science Museum en South Kensington.
Contiene bastantes esqueletos completos y fósiles de dinosaurios y otras criaturas prehistóricas. Para un fan como yo...es visita obligada. Pero además, fósiles de los que molan. Triceratops, Tyrannosaurus... Como un niño allí dentro, vamos. Además, el edificio es una preciosidad.



El último imprescindible, para mi, y aun sabiendo que en Londres aguardan muchos rincones especiales, es Trafalgar Square, la céntrica plaza donde se conmemora la batalla del mismo nombre, donde los ingleses derrotaron a los armada franco-española, blablablabla. Lis inglisis bliblibli.

Nada, sin resentimientos, jajajaja.

La inmensa columna del almirante Nelson, rodeada de los típicos leones, gobierna esta enorme plaza donde también podemos ver la National Gallery, una de las galerías de pintura más importantes del mundo.
Es agradable sentarse un rato observando a la multitud hacerse fotos, o simplemente, ver a los estudiantes tomarse un tentempié de buena mañana.
Consejo, si queréis sacaros una foto con los leones, preparaos para trepar, porque están muy arriba.



Si, sé que no hablo de Camden Town, de Portobello o de Covent Garden. Pero es que ya me está quedando una entrada bastante larga...y algo tendréis que descubrir por vosotros mismos, ¿no?

- ¿Decepciona algo?

Si. Sin duda. Picadilly Circus. Tanto oír hablar de Picadilly, que si esto, que si lo otro. Una plaza minúscula, abarrotada de gente, una fuente-escultura pequeñita con unos caballos en una esquinita, y muchas luces de colores anunciando cosas.
Psé. Completamente decepcionante. Muchas tiendas alrededor, eso si. Nada más. No hay nada que ver aquí.




- Cosas pendientes:

Fundamentalmente una. Visitar la Tate Modern. La verdad es que la última vez que visité Londres, hace 4 años como digo, no estaba tan pendiente del arte, especialmente del moderno, como ahora. Pero varias personas que lo han visitado, me han hablado maravillas. Para empezar del edificio en si, una central energética abandonada, restaurada de forma maravillosa. Y para continuar, de las exposiciones permanentes y temporales que en ella se encuentran.
Me han puesto los dientes largos, y en cuanto tenga un fin de semana para visitar Londres, la Tate cae seguro.



Ver un partido de la Premier League o del VI naciones de rugby sería una gran idea también, aunque soy más fan del Liverpool en el primero, y de la selección de Gales en el segundo.
Aún así, estos espectáculos deportivos, se disfrutan igual aunque no nos importe el resultado final.


- Comer y beber:

Existe la presunción de que en Londres se come mal. Mentira, y de las gordas. Es verdad que la cocina propiamente inglesa no destaca por su calidad y variedad pero en Londres, con todas las influencias de otros países y colonias británicas, podemos encontrar muchos de los mejores restaurantes "étnicos" del mundo.
Cocina árabe, india, argentina, mexicana, española, italiana, japonesa, tailandesa...
Lo que queráis.
Mención especial a Brick Lane, una calle cercana a Whitechapel donde hay varios de los pubs más auténticos de Londres, y toda una amalgama de restaurantes bangladeshíes, que harán las delicias de los que, como yo, seáis amantes del picante.

Y si no, siempre podéis tomaros un fish and chips, envuelto en papel de periódico y beberos una cervecita en un pub. Pocas cosas más típicamente inglesas que esa.

Hablando de cervezas. En Londres hay opciones para aburrir. Aunque...quién se aburre de la cerveza?? Sería injusto mencionar una, porque además, en función del restaurante o bar en el que estemos, tendremos las mejores cervezas indias, argentinas, mexicanas, Estrella Galicia, italianas, japonesas, tailandesas.
Y por supuesto, las típicas pintas, tan populares...y que fomentan el alcoholismo, puesto que al ser tan grandes, hay que beberlas rápido para que no se calienten.



¿Cubatas? Cubatas no pidáis. En serio. ¿Para qué? ¿Para pagar 10 libras por poner una gotita de whisky en la coca cola?

En todo caso, un buen whisky escocés con hielo, seguro que es un placer. Para quién le guste, claro.


- Deportes:

Con más de la mitad de los equipos de la liga inglesa asentados en Londres, y siendo la cuna de los inventores del fútbol, es obvio que habrá partidos de competición todas las semanas.
Si queréis ir a ver uno, podéis elegir. Arsenal, Chelsea, Tottenham, West Ham, Fulham, Crystal Palace...
Pero casi tan placentero como eso, es ver las ligas locales infantiles, que se disputan los fines de semana en Hyde Park. Una vuelta a los orígenes del deporte como simple entretenimiento.



Inglaterra también es la cuna del rugby. Y tanto el VI naciones, como las ligas locales o internacionales serán opciones más que recomendables.

Además, la NFL, en su expansión mundial, disputa hasta un total de 3 partidos oficiales anuales en la capital británica, durante el mes de octubre. Tienen lugar en el mítico estadio de Wembley (yo he ido allí a ver a mis Buccaneers perder de paliza dos veces) y ahora también, en Twickenham (hogar del rugby por excelencia) y en la casa del Tottenham Hotspur, White Hart Lane.



La NBA, también hace uso del espectacular O2 arena, para disputar partidos oficiales en Londres.

Lo que queráis. Atletismo, natación, hockey, cricket....

Si, cricket. Ese emocionante deporte donde (bostezo) juegan partidos que duran una semana (bostezo, bostezo), y los contendientes...zzzzzzzz!!


En resumidas cuentas, amigos. Londres. La ciudad de Drácula, de Mary Poppins, de Sherlock Holmes (hay que pasear por Baker Street) y de Jack el Destripador. Hogar de Charles Dickens o Daniel Defoe.



Asolada por bombardeos en la segunda guerra mundial.
Gobernada con mano de hierro por reyes (y reinas) tiranos y maquiavélicos.
Neblinosa, lluviosa. Y el mismo día, soleada y calurosa.
Una ciudad moderna como pocas, y que parece, al mismo tiempo, sacada de un cuento gótico-victoriano.

Y sobre todo, una ciudad viva y que siempre tiene muchísimo que ofrecer. Este año, me tocará visita a Londres. ¿Quién se apunta?

viernes, 25 de marzo de 2016

Galicia (As Rías Altas)

Hola amigos. Espero que estéis pasando una magnífica Semana Santa. Hoy me apetecía hablar de alguno de mis rincones favoritos de Galicia, como son las Rías Altas, y varios de los pueblos que se encuentran en esa zona, que pasan por ser, como digo, de mis preferidos.



Poniendo como punto de partida A Coruña, y como punto de llegada Ribadeo, voy a detallar como podría ser (por ejemplo) una escapada de fin de semana por estos lugares mágicos y ancestrales de mi tierra.

Saliendo temprano por la mañana, la primera parada sería la señorial villa de Pontedeume, con el Torreón de los Andrade dominándola, y con una parte antigua realmente espectacular. Pasear por las maravillosas calles de Pontedeume, con las primeras luces del día iluminando la desembocadura del caudaloso río Eume, será una experiencia fantástica.



Si vamos con tiempo, el torreón de los Andrade, situado en la cercana aldea de Noguerosa, nos dará unas vistas incomparables de toda la zona, y puede uno comprender como se dominaba el pueblo desde aquí.



A pocos kilómetros, aunque esto requeriría una visita a parte, tenemos las increíbles Fragas do Eume, un parque natural espectacular, y que abarca más de 9000 hectáreas del típico bosque gallego, sin pinos ni eucaliptos, que, como seguro sabéis, son especies no autóctonas de Galicia.

Carballos, es decir, robles, pero también castaños y abedules forman un espacio natural incomparable, y la fauna de anfibios, aves y mamíferos como la gineta, el tejón, el corzo e incluso algún lobo, forman un pulmón espectacular que merece la pena visitar, como digo, por si solo.



Particularmente recomendable la ruta a pie de varios kilómetros entre los monasterios de Monfero y Caaveiro.

Pero una descripción mas detallada de este parque natural, quedará para otro día, puesto que nuestro viaje nos lleva más al norte, y las siguientes paradas serán los pueblos de Redes y Mugardos.

El primero, para mi, puede competir por ser uno de los más bellos de toda Galicia. Pueblo de pescadores, con las casas directamente sobre el mar, y con una romería pirata entre las más divertidas de todo el verano gallego.



En Redes, rodó parte de su película "Silencio" el afamado director, Pedro Almodóvar, y como digo, resulta increible observar como los habitantes, pueden subirse a sus embarcaciones sin salir de sus domicilios.

Es un pueblo pequeño, perteneciente al ayuntamiento de Ares, pero que, sin duda, merece que nos paremos un rato en él.

A poca distancia está Mugardos, que, enclavado en la ría de Ferrol, tiene un pequeño paseo marítimo delicioso y un puerto realmente encantador. Podríamos parar a tomar un tentempié de media mañana en uno de los bares de tapas del centro, o, si venimos durante "A Festa do Polbo" disfrutar de las delicias culinarias del Pulpo a la Mugardesa (Polbo es pulpo en gallego, cochinos!!). Esta fiesta tiene lugar una vez al año, durante el mes de julio...y...voy a ser sincero. Es la mejor manera de estropear el pulpo que conozco.



El pulpo está rico a la parrilla, o "á feira", es decir, a la gallega. 
Esta manera extraña en la que lo hacen aquí, en una especie de guiso con pimientos y cebolla...psé. No diré que está malo...pero no hay Dios que se crea que así está mejor que el "octopus to the party" de toda la vida.

Tras el paseo por Mugardos, y el tentempié, nos dirigimos al norte, a la preciosa Cedeira. Otro de mis pueblos favoritos.

Soy consciente de que en este trayecto de 50 minutos, pasaremos de largo por algunas de las mejores playas del norte de Galicia (que viene a ser lo mismo que decir del mundo).

Pero para que conste en acta, pocas playas hay mejores que la de Doniños, muy cerca de Ferrol, y que la de Pantín, en Valdoviño, que además, pasa por ser un paraíso de surfistas. Si, en Galicia también hay de eso.

Pero seguimos con el viaje, y, como decíamos, estamos en Cedeira.
Es un pueblo enclavado entre dos montes, como si lo hubiesen construido donde quedaba sitio, y la playa urbana, en un dia de marea baja, es increíble.



La primera vez que fui a Cedeira, como anécdota, diré que me bañé en calzoncillos para no perder la oportunidad de disfrutarla.
Y es que está muy recogida de los vientos, rodeada de montañas, aguas muy tranquilas y cristalinas, barquitos de pesca y, algo poco habitual en Galicia, permite (especialmente con marea baja) caminar varios cientos de metros sin que el mar te cubra por completo. Lugar idílico, y que, incluso en invierno, apetece pasear.
Pero a Cedeira, hemos venido a comer.

Y ¿que hay más típico en Cedeira que tomar el marraxo? Pues a eso vamos. El marraxo es un tipo de tiburón que preparan a la plancha con patatas fritas, y que es una auténtica gozada degustar.



Para ello, recomendaremos el Bar O'Kilowatio, en pleno puerto de Cedeira, donde preparan tapas sabrosas de todo tipo, pero donde sin duda, su plato estrella es éste del que hablamos.

Con la barriga llena, seguimos el camino hacia el norte. Y llegaremos a uno de mis lugares favoritos de toda Galicia. A Serra da Capelada.

Y es que los montes que rodean Cedeira no son más que las primeras estribaciones de esta sierra. Es un lugar único en Europa, puesto que cuenta con alguno de los acantilados más espectaculares que se puedan imaginar.

Los más altos del continente (en la garita de Herbeira, 612 metros) junto a varios de los fiordos noruegos. Esta sierra, que se extiende por los municipios de Cedeira, Cariño y Ortigueira, no es muy extensa, pero deja varios paisajes que nos dejarán sin aliento, y que rivalizan, como decía, con los fiordos, los acantilados de Dover o los de la Bretaña francesa.



La carretera que nos lleva de Cedeira, hasta la aldea de San Andrés de Teixido, de la que ahora hablaremos, hace falta tomársela con calma, repleta de curvas, estrecha, acantilados cercanos, caballos salvajes y ganado vacuno pastando en libertad.

Es una gozada conducir sin prisa, disfrutando de la naturaleza salvaje (y del clima a menudo lluvioso y ventoso), parándonos en varios de los miradores espectaculares para observar como las montañas caen directamente varios cientos de metros hacia el mar.
Los molinos de viento son la única prueba de que estamos en el siglo XXI que tendremos durante muchos kilómetros.

Una vez llegados a San Andrés de Teixido, lo primero es agradecer que hemos llegado, pues el dicho popular dice que "a San Andres de Teixido vai de morto quen non foi de vivo", es decir, que va de muerto quién no fue de vivo.

Vamos, que cumpliendo el primer requisito, evitamos que nuestra alma tenga que hacer un viaje innecesario el día que estiremos la pata.

El santuario, y la pequeña aldea, merecen una visita rápida, especialmente por las espectaculares vistas que tendremos desde el atrio de la iglesia.



Pero tras el breve paseo, debemos continuar, puesto que probablemente ya estemos a media tarde, y yo recomendaría, continuar hasta el cabo Ortegal, para disfrutar de un bonito atardecer en el segundo cabo más septentrional de la península ibérica (al primero iremos "mañana").



Las vistas desde el Ortegal son espectaculares y cuando nos cansemos (aunque para mi, que siempre me quedo embobado mirando el mar, lo de cansarme parece complicado) o cuando tengamos hambre y sueño (ahí si, en comer y dormir soy un experto) nos dirigiremos al cercano pueblo de Cariño, que cuenta con, probablemente, el nombre más bonito jamás dado a un pueblo, y era el lugar de residencia de uno de los "freaks" por excelencia de Galicia, José Tojeiro. Si, el de la "droja en el Cola Cao".



Un ídolo de masas.
¿Que no lo conocéis? Venga, seré bueno y os ahorraré la visita a youtube.


Tras tomar unas tapitas de marisco cerca del puerto de Cariño, y hacer noche allí, nos toca seguir acercándonos hacia la provincia de Lugo.



Pasaremos rodeando Ortigueira, hogar de uno de los festivales folk mas importantes del mundo, y Espasante, el que es, posiblemente, el pueblo donde mejor marisco se come de Galicia. Desde luego, percebes como los de aquí...solo en Corme.

Pero en este viaje que os propongo, vamos a seguir hacia el Este, hacia el cabo más septentrional de la península, Estaca de Bares, que tradicionalmente, marca la separación entre el Océano Atlántico y el Mar Cantábrico.



Como Cabo, creo que Ortegal es más espectacular, pero la peculiaridad de estar en el punto más al norte de España, y servir como separación a dos mares, hace que sea bonito pasar aquí parte de la mañana, antes de continuar hacia Viveiro, precioso pueblo señorial, ya en la provincia de Lugo, donde podemos tomar un agradable café y perdernos por sus antiguas calles.

Pero tras el café, vamos a continuar hasta comer en Burela, bastante más al este, pueblo de pescadores por excelencia, pero que, sin tener ninguna razón especial, siempre me ha enamorado desde pequeñito.




Su pequeño puerto y las calles anexas, siempre me han encantado. Comer en A Lonxa, es uno de los placeres que uno tiene que probar una vez en la vida. Vaya pescados y vaya mariscos!!!

Tras el opíparo banquete, nos desviaremos un poco de la costa, para acercarnos a la localidad de Cervo, donde además de un romántico paseo para enamorados (recomendable ir en pareja, jajajaja) se encuentra la fábrica de la famosísima cerámica gallega Sargadelos.



El romántico paseo con las primeras luces de la tarde hasta la cascada artificial, incluso para los que no sois mucho de estas cosas, os va a encantar, pero, no os demoréis demasiado.
Tenemos que dirigirnos hacia la conocidísima playa de As Catedrais, cerca de Ribadeo.




Esta playa, entre las mas famosas del mundo, es conveniente visitarla durante la bajamar, momento en el cual las grutas naturales y las bóvedas y arcos que forman los acantilados, semejan ser una Catedral, de ahí el nombre.




Es importante informarse del horario de las mareas, y en función de dichas mareas, adaptar vuestra escapada.

En esta página web podéis encontrar toda la información necesaria.

http://www.playadecatedrales.com
 
No os arrepentiréis. Es cierto que en los últimos años ha comenzado a estar algo masificada por el turismo, pero la sensación que deja en el alma, es como de magia (no, no he fumado nada, aunque lo parezca, jajajaja).
Para cualquier persona que viva en Galicia es un "must see" en toda regla.

Una vez llegados al punto culminante del viaje, tendremos varias opciones.

Si podemos seguir, haríamos noche en Ribadeo, antes de continuar por los bellos pueblos de Asturias.

Quizá, podríais pensar en comer o cenar en la cercana y antigua aldea pesquera de Rinlo, donde se come el mejor arroz caldoso de Galicia (en el restaurante A Cofradía), o volver a A Coruña por la autovía A8, que en menos de dos horas, os dejará en la ciudad herculina, o antes incluso, en Lugo, de la que hablaremos otro día.

El caso es que, sean cuales sean vuestras opciones, y las variantes que toméis en vuestro viaje, os va a encantar recorrer las Rías Altas, debido a lo salvajes que son sus acantilados, debido a la extraordinaria gastronomía, y por supuesto, debido a que podréis poneros en contacto con la Galicia más auténtica, esa que a veces olvidamos cuando estamos en A Coruña, Pontevedra, Vigo o Sanxenxo. La Galicia de las meigas, las supersticiones y los señores feudales.

Queridos lectores, os he soltado un rollo increíble sobre lo que para mí sería una escapada perfecta. Si tenéis alguna duda, o alguna sugerencia acerca de diferentes lugares a los que señalo aquí, no dudéis en comentármelo.

Pero seguro que os he metido de ganas de visitar la zona, ¿no? Lo hayáis hecho antes o no.

Y si no os he convencido, y no queréis visitar estos parajes por ahora...no olvidéis que, al menos a San Andrés de Teixido acabaréis yendo si o si....





miércoles, 23 de marzo de 2016

THE REVENANT. El Renacido.

Hola a todos, queridos lectores. Espero que paséis una buena Semana Santa y que podáis descansar mucho, muchísimo.
Y si toca trabajar, que sea lo más leve posible.
Hoy vamos a hablar de cine. Pero de cine con mayúsculas. Una de las películas más importantes de los últimos tiempos, "The Revenant".



Es verdad que no se ha hecho con el óscar a la mejor película (Tengo aún pendiente Spotlight, así que no puedo opinar, y pintar, la verdad es que pinta muy bien también), pero no es menos cierto que el director mejícano Alejandro González-Iñárritu, lo ha vuelto a hacer.

Tras obras maestras como Amores Perros, Babel y Birdman, nos ha puesto delante de las narices otro ejercicio de CINE. Así. Con mayúsculas.

Quizá la historia no sea original, puesto que venganzas irracionales del tipo de la que busca Hugh Glass (la actuación de Di Caprio merece por si sola el precio de la entrada) se han visto antes.

Y quizá el hecho de que la historia no aporta nada novedoso, sea lo que apartó a "The Revenant" de la estatuilla dorada a la mejor película.

Sin embargo, la manera en la que la epopeya de Hugh Glass está contada, la perfecta ambientación en la salvaje América de 1820, los increíbles escenarios, la fotografía y la actuación de Di Caprio y su némesis, Tom Hardy (John Fitzgerald), así como la de varios secundarios, le valieron a Iñárritu el óscar al mejor director, a Di Caprio el de mejor actor y a Emmanuel Luzbeki el de mejor fotografía.



Además, óscars al margen, la película de Iñárritu, fue la gran triunfadora en los Globos de Oro y en los BAFTA.

El rodaje, y las imágenes resultantes de hacerlo en tierras inhóspitas y salvajes como Ushuaia (en la Tierra del Fuego), Alberta y Columbia (en Canadá), y Alaska, California y Montana (en USA), son incomparables. Hay documentales de la BBC que no alcanzan el nivel de belleza de esta película.



Pero vamos, como siempre, al meollo de la cuestión. A diseccionar, sin destripar, a esta maravilla del séptimo arte.

-Por qué ver "The Revenant"?:

Por su increíble filmación, y por una historia, que, aunque vista antes, anima a seguir el periplo del cazador Glass por el inhóspito norte de las colonias inglesas (aún en disputa con los franceses).
La interpretación que le ha valido el óscar a Leonardo Di Caprio, por si sóla, merece la pena. Incluso llegó a tener piojos en la barba y a sufrir problemas por el frío extremo. Vamos, que el amigo Leo, ha tenido que sudar la estatuilla. Y ha sido además con un papel extremadamente difícil, sin apenas diálogos, donde la fuerza interpretativa reside en sus gestos y sus movimientos.



Personaje favorito:

Es indudable que la actuación de Di Caprio es algo fuera de lo normal, pero John Fitzgerald, es decir, el personaje interpretado por Tom Hardy, es una especie de demonio interior que todos tenemos, y sobre todo, que tendríamos si nos viésemos en la situación a la que nos transporta la película. Puro instinto de supervivencia, donde afloran las más oscuras sombras de nuestro interior.
Ese asomarse a lo más negro de cada uno de nosotros, y el ser capaz de identificarnos con él, es lo que hace que me guste tanto este personaje.
Además, tras ver la película en versión original, comprobar como el londinense Hardy es capaz de clavar el acento tejano, le añade mérito a la ya de por si extraordinaria interpretación.




- Momento favorito:

Hay varios instantes increíbles. El muy conocido del oso, está entre ellos. El comienzo de la película, con el ataque indio, con ciertas referencias al desembarco de Normandía en Salvar al Soldado Ryan también te deja pegado al asiento.
Pero si tengo que elegir uno, me quedo con el momento en el que Hugh Glass reflexiona sobre el sentido de su venganza. Hasta ahí puedo escribir.
La reflexión a la que nos lleva ese momento, es lo que nos dejará pensando cuando nos levantemos del sillón y continuemos con nuestros quehaceres diarios.




- Momento más flojo:

En una película de casi tres horas, es inevitable que ciertos momentos sean algo más lentos, pero la belleza de los paisajes y la calidad de la filmación, evitan que parezcan momentos de relleno.
Además, estos bajones de ritmo son incluso necesarios para recuperar el aliento tras algunas de las crudas escenas que nos llegan a sobrecoger.
Como decíamos, 156 minutos de metraje, que serían excesivos en cualquier otra película, que incluso pueden desesperar a los amantes de la acción continua, pero que en mi caso, se hicieron hasta cortos.




- Si te gusta "The Revenant" te gustará:

Babel y Birdman, de las que ya hablé en la entrada dedicada a esta última, son dos magníficas películas del mismo director, y en ambas la fotografía, las historias fuera de lo común y ese "lado oscuro" del ser humano quedan patentes, siendo, eso si, muy distintas en cuanto a la narrativa.

También los westerns que se han venido haciendo en los últimos tiempos como por ejemplo True Grit (Valor de Ley) de los hermanos Coen, o Django Unchained y  especialmente The Hateful Eight de Tarantino (con las características propias de tan peculiares directores) o incluso Unforgiven, la obra maestra de Clint Eastwood, guardan cierta semejanza con The Revenant debido a su estilo más duro, más oscuro y más centrado en las contradicciones de los protagonistas que en las típicas batallas "indios-vaqueros" o "asalto a la diligencia", y son, todas ellas, grandes películas ambientadas en el salvaje oeste americano.

En el caso de The Hateful Eight, además, las localizaciones nevadas y que "hielan" con solo mirarlas, son muy similares a las de la película de Iñárritu, y también de gran belleza, si bien, filmadas desde una perspectiva más cinematográfica y menos, por así decirlo, documental.



Resumiendo, queridos amigos, ésta es sin duda una de las mejores películas que vais a ver este año y merecerá mucho la pena pasar casi tres horas en el cine disfrutando de una obra de arte en movimiento.
Si podéis verla en un cine HD, donde la pantalla haga justicia a las magistrales imágenes filmadas por el director del momento, mejor que mejor.


FICHA:

"The Revenant"

Estrenada en 2016.

Director: Alejando González-Iñárritu.

Protagonistas: Leonardo DiCaprio, Tom Hardy, Dohmnall Gleeson, Will Poulter.


P.D. "I ain't afraid to die anymore. I'd done it already".(Ya no le tengo miedo a morir. Ya lo hice)

miércoles, 9 de marzo de 2016

AMERICAN HORROR STORY. Murder House y Asylum.

Hola amigos. El enfermero cultureta vuelve a soltaros la chapa con una serie.

Alivio, diréis algunos. Tanto Miami, y tanto viaje, "cohone". Deja de dar envidia, y cuéntame algo que pueda hacer yo!!

Pues a eso vamos. Serie espectacular. American Horror Story. A estas alturas, muchos habréis visto ya alguna de sus 5 temporadas, pero si no lo habéis hecho, estáis tardando. Además, las dos primeras (las que he visto yo hasta el momento), están en Netflix, con lo que los abonados a esta popular plataforma, tenéis menos excusa.



El concepto (que mezcla lo sobrenatural con las películas de terror adolescente, el suspense y el humor negro), es muy interesante, ya que cada temporada es independiente de las anteriores. Es decir, Murder House, la primera de ellas, narra los acontecimientos que acontecen en una casa de Los Ángeles que, fiel a los usos del género, está encantada. En esta primera temporada, conoceremos a los personajes, veremos como se desarrollan, y cual es su destino.



La segunda, por su parte, no tiene ningún nexo de unión con la primera.
Tiene lugar en un psiquiátrico de Massachussets en los años 60 llamado Briarcliff, regido por la iglesia católica y lugar tétrico donde los haya, y también contará con principio, desenlace y final dentro de la misma temporada.

Pero bueno, he dicho que no tiene ningún nexo de unión, y no es completamente cierto. Muchos de los actores que interpretan a los personajes de la primera temporada, aparecen en la segunda...en papeles completamente diferentes, siendo, en mi modesta opinión, una idea brillante de los creadores de la serie.

Y vaya actores, señores. Zachary Quinto, Dylan McDermott, Taissa Farmiga, Lizzie Brochere, Sarah Paulson, Evan Peters, James Cromwell, Adam Levine (si, el cantante de Maroon 5, que hace un papel corto, pero intenso), y sobre todo, Joseph Fiennes y Jessica Lange.



Con estos dos monstruos de la interpretación en pantalla (en especial en la segunda temporada, ya que es la que cuenta con Fiennes y con mayor protagonismo de Lange), está todo hecho.

A continuación, paso a comentar algunos aspectos destacados de ambas temporadas, según mi "modus operandi" habitual.


- ¿Por qué verla?: (Murder House y Asylum)

Porque está extraordinariamente dirigida. Calidad de película, con efectos especiales y sonido extraordinarios, historias envolventes y que hacen que no puedas parar de ver episodios.
Los personajes tienen carisma y están muy bien definidos, lo que hace fácil identificarse con algunos de ellos muy rápido (u odiarlos).

Además, a poco que os guste el género de terror, disfrutaréis como enanos. El concepto es más que interesante, y ver a los mismos actores interpretando a diferentes personajes es todo un acierto por parte de los guionistas y productores.

Además, solo por Jessica Lange (premiadísima y con merecimiento) merece la pena darle una oportunidad.




- ¿Personaje favorito?: (Murder House)

Mi personaje favorito es, sin duda, Moira O'Hara, y su dualidad "vieja-joven". La anciana y respetable criada de la casa (a ojos de las mujeres), que a ojos de los hombres, en especial del atormentado Ben Harmon (Dylan McDermott), se convierte en un estereotipo sexual (pornochacha, para que nos entendamos).

A medida que transcurren los capítulos, entendemos a que se debe este extraño suceso, y aprendemos a empatizar con el personaje brillantemente interpretado por Frances Conroy (venerable ancianita tuerta) y Alexandra Breckenridge (que no puede ser más espectacular y sugerente).

McDermott, y Taissa Farmiga, que interpreta a la adolescente hija del matrimonio Harmon también están a gran nivel, así como Jessica Lange (aunque esto es una obviedad) y su hija con síndrome de Down, a la que da vida Jamie Brewer.




- ¿Personaje favorito?: (Asylum)

Aquí, sería más obvio aún elegir a la hermana Jude (Jessica Lange). Así que dejando claro que está fuera de concurso, creo que tanto Sarah Paulson (Lana Winters), como Zachary Quinto (Oliver Thredson) serían mis elecciones, con mención especial a James Cromwell (que aquí es un poquito más malvado que en Babe) y a Monseñor Howard (Joseph Fiennes).
En general, el nivel interpretativo de esta segunda temporada está un punto por encima de la primera (que también es buenísima), y por ejemplo, Evan Peters (Kit Walker), en un papel de similar importancia, está mucho mejor que en la casa de los asesinatos. (aunque no está flojo en absoluto).




- Momento favorito:  (Murder House)

Toda la temporada de la casa encantada está repleta de momentos extraordinarios. Quizá la historia en sí sea menos redonda que "Asylum", pero en cambio, creo que le gana en "shocking moments" de esos que nos dejan con la boca abierta. Si me tengo que quedar solo con uno, creo que sería el momento en que descubrimos el secreto de Violet Harmon. Los que habéis visto la serie, sabéis de lo que hablo.
"Pa" flipar!!




- Momento favorito: (Asylum)

También hay aquí momentos más que interesantes, y resulta difícil escoger. Por no irme muy adelante en la serie, que siempre tiene riesgo de spoilers...creo que el momento confesión de Grace Bertrand, en el cual le cuenta a Kit el porqué de su reclusión en Briarcliff es realmente impactante. Pero tanto el Doctor Thredson, como el Doctor Arden, e incluso la monjita Mary Eunice cuentan con muchos instantes WTF???
Temporada espectacular ésta, sin duda.




- Momento más flojo:

Sabéis que incluso a mis series o películas favoritas les encuentro pequeños valles de calidad, o ciertos capítulos de menor nivel.
Lo siento. No es el caso. Quizá cuando vea las siguientes temporadas los encuentre. Es más, sería lo normal, porque las dos primeras temporadas están a un nivel tan alto, que seguro que es complicadísimo estar a la altura. Pero cada capítulo de cada una de las dos primeras temporadas es una pequeña obra maestra de 50 minutos de duración. Así que, por primera vez, esta categoría queda desierta.



- Si te gusta American Horror Story te gustará:

No puedo encontrar muchos paralelismos. Quizá las primeras temporadas de True Blood puedan asemejarse en ocasiones por tocar la temática de terror sobrenatural mezclada con la actualidad, así como la propia serie Supernatural, muy divertida por momentos, pero que ni se aproxima en cuanto a calidad, y que tiene un enfoque completamente diferente.



Penny Dreadful se queda mucho en el puro terror gótico clásico, pero es la única que puede estar a  la altura a nivel de dirección e interpretación.

Lo único que puedo añadir es que, a poco que disfrutes el terror y el suspense, o incluso si no lo haces mucho (en ese caso, procura ver AHS acompañado), merece mucho la pena. Es una auténtica clase magistral de como se han de hacer las cosas en el mundo de la televisión. Y con la proliferación de series de gran calidad, destacarse como lo ha hecho American Horror Story, no es cosa menor. Dicho de otra manera, es cosa mayor. (Creo que podría mantener conversaciones usando solo frases de Mariano Rajoy)




P.D. "Lana, Lana bo Bana Banana fanna fo Fana
                       Fee fy mo Mana, Lana!
                        Come on everybody!"