viernes, 6 de febrero de 2015

ISTANBUL

Pues mi primera entrada de verdad en el blog, va a ir de viajes.

Soy un apasionado de los viajes como os decía en la entrada de ayer, aunque no cogí mi primer avión hasta los 26 años.
Eso si, fue empezar y no parar siempre que el trabajo y la economía lo permitan.
Y mi primer viaje al extranjero en avión, tuvo como destino París.

Pero hoy hablaré de algo más reciente, de mi último viaje hasta la fecha.
Estambul...o Constantinopla.





La ciudad más mágica en la que he estado. Diferente a Europa, diferente a Asia, un poco de ambas, y un mucho de otras cosas.
Cruce de caminos, hogar de emperadores y sultanes, crisol de culturas (que ganas tenía de usar eso de crisol de culturas, jajaja).

Un lugar de las mil y una noches, enclavado geográficamente en Europa...o casi.

Por ser el primer comentario sobre viajes, quiero que sepáis que siempre estructuraré las entradas de la misma manera, al menos cuando estén dentro de una determinada etiqueta,  para que sea práctico acceder a ellas y para no perderme glosando las maravillas (o las pesadillas) en este caso, de una ciudad.

Comenzaré por una introducción, que ya la habéis leido, y seguiré después con varios puntos con los que, si me seguís, os familiarizaréis muy pronto.

1 - Por qué ir a Estambul?

Porque huele a Asia, pero sigue siendo Europa, por su historia milenaria, por el pescado del Bósforo, por poder cambiar de continente en 5 minutos, por la llamada al rezo, que sobrecoge y te transporta a otro tiempo, especialmente sino has estado antes en un país de mayoría musulmana, por la tradición adaptada al futuro, y por ser la prueba de que la tradición del Islam, puede convivir con las ideas laicas de un pais moderno, pese a lo que se nos quiere vender desde los medios de comunicación.

2 - Imprescindible?

Esto va a ser un poquito obvio, pero Hagya Sofia, antigua iglesia, transformada en mezquita, y que es ahora un museo, sobrecoge por su tamaño, grandiosidad y decoración, pero aún resulta mas impactante cuando eres consciente de que fue construida hace 1500 años.

Enfrente a Hagya Sofia, tenemos la no menos impresionante mezquita azul, o mezquita de Sultanahmed.
Sus 6 minaretes, objeto de polémica en los años de su construcción (1609-1617), puesto que en aquel momento, solo la mezquita de La Meca los tenía (solucionado por el Sultán poniendo un séptimo minarete en la mezquita de la ciudad sagrada para los musulmanes), su enorme tamaño, y su privilegiada situación, hacen de este edificio el más reconocido de Estambul, y es difícil no ver su imponente perfil desde casi cualquier parte de la ciudad.

Pero si su exterior llama la atención, los tonos azulados y mágicos del interior y que le dan el nombre oficioso de mezquita azul son aún más espectaculares.

Adentrarse en cualquiera de las mezquitas de la ciudad (recomiendo la de Suleimaniye) es una experencia fantástica para cualquier occidental, pero quizá nada supere la grandilocuencia y el colorido de esta mezquita.

Y hablando de experiencia. Sentarse en los bancos de la explanada existente entre estos dos impresionantes monumentos, y escuchar la llamada a la oración, mientras de todas partes surgen otras llamadas, es algo que no se puede explicar con palabras. Aún se me ponen los pelos de punta solo de pensarlo.

Otro imprescindible, es hacer un crucero por el Bósforo. El estrecho del Bósforo, que une el mar del Mármara con el mar Negro, es uno de los cursos de agua más transitados del mundo, y sirve como frontera natural entre Europa y Asia.
Si sois un poco fetichistas como yo (y no habéis llegado a Japón, la India o a Tailandia) os apetecerá parar en el lado asiático de Estambul, menos monumental...pero mucho más auténtico.
Bailes populares, comida callejera de mayor calidad y un mayor respeto por la tradición es lo que encontraréis a poco que decidáis pasar a la orilla asiática.
Pero si tenéis un poco más de tiempo, coger un barco que os lleve hasta el pueblo de Anadolu Kavagi, con un extraordinario mirador, será una maravillosa manera de ver la Turquía mas tradicional, con pueblos de pescadores en ambas riveras, y con una increible recompensa:
Ver las puertas del mar Negro.

Si podéis volver a Estambul al atardecer, ya será la "repera".
















El último imprescindible para mi, es el baño turco.
Pero uno auténtico, uno de verdad, de los de toda la vida, donde te peguen una paliza, te hagan asarte en una sauna y te metan en agua helada...y gracias a todo ello salgas nuevo.

Muy recomendable. Ni Spas ni mierdas, con perdón. Donde esté el baño turco, que se saque todo lo demás.
Yo estuve en el de Gedikpasa, el más antiguo de la ciudad, y una experiencia genial, pero seguro que hay más baños tradicionales que también estarán muy bien.

- Decepciona algo?

Realmente, en Estambul cada paseo ha sido una experiencia, y cada esquina, merece la pena.

Pero quizá por la gran cantidad de gente que hay en todo momento, no disfruté como debería el bellísimo Palacio de Topkapi.
Con tantos miles de personas, resulta imposible disfrutar nada, pero realmente, no podéis visitar Estambul y no ir a Topkapi.
Impresionante lugar, geniales colecciones y vistas extraordinarias del Bósforo y el Cuerno de Oro.






El Gran Bazar tampoco decepciona, y si te gusta regatear, estarás en tu salsa, pero a mi, que soy un pringadillo y las compras no son lo que más me gusta del mundo...jajajaja.
Aún así, no has estado en Estambul, sino has regateado y comprado algo en el Gran Bazar.


- Cosas pendientes:

Con 5 días en Constantinopla, no creo que me quedasen muchas cosas por hacer, pero si volviese a la ciudad, cosa que me encantaría, creo que buscaría un momento para visitar la región de Capadocia.
Esas ciudades en cuevas y un paseo en globo sobre esa peculiar región de la península de Anatolia, parecen merecer mucho la pena.






- Comer y beber:

La comida es extraordinaria, incluso para los españoles más acostumbrados a protestar por los diferentes sabores de otros lugares, que a disfrutar de nuevas comidas.
El cordero, preparado de mil maneras, el verdadero Kebab, y no la variante grasienta a la que estamos acostumbrados, y sobre todo, los mil y un pescados del bósforo, pescados alli mismo, en el puente de Gálata, son auténticos manjares, y con precios muy razonables.
Ah, y una curiosidad. Podría sorprender que se produzca una cerveza en un país de mayoría musulmana, pero es que además, la Efes Pilsen es de las mejores cervezas que he probado.
Los licores tradicionales, como el Raki, son muy populares, y al igual que en Grecia, los yogures y derivados, como el Ayran, son realmente buenos.
El mejor yogur del mundo? Kanlica, a pocos kilómetros de Estambul, presume de producirlo.
Tras haberlo probado...no puedo decir que al menos, no tengan derecho a decirlo.





- Deportes: 

Como os decía, amigos, soy un enfermo de los deportes, y cuando hable de ciudades, siempre habrá un hueco para los enfermos como yo, jejeje.
Ahora, tan enfermos como los turcos por el fútbol, y en menor medida, por el baloncesto, seguro que no somos.
Los equipos más importantes de Turquía, están en Estambul, y salvo contadas excepciones, Besiktas, Galatasaray y Fenerbahce, se reparten los títulos importantes de las competiciones otomanas.

El equipo más popular de la ciudad, es el Galatasaray, localizado en la orilla europea, pero el que tiene más aficionados en toda Turquía es el Fenerbahce, del lado asiático y entre ambos, juegan un derby local, que es conocido como el derby intercontinental.
La pasión en estos encuentros, que también se produce en los duelos de ambos con el Besiktas, deja en pañales a cualquier Madrid-Barça, ya estén Luis Enrique o Figo en el campo.





En resumen, amigos. Una auténtica maravilla de lugar, que merece mil y una visitas y donde puedes perderte en cualquier calle, y disfrutar, sin sentir miedo en ningún momento.
Y eso es algo muy positivo que no se puede decir de muchas ciudades tan grandes como ésta.
Los estambulíes saben que el turismo es su vida y se aseguran muy mucho de que no existan problemas para los visitantes.

Un saludo, y espero vuestros comentarios.



4 comentarios:

  1. Preciosa descripción de un lugar (por lo que cuentas) maravilloso.
    Apuntado queda en mi lista de "sitios que visitar".
    Como "crítica constructiva".. podrías poner qué tal es el transporte público y si es fácil "moverse por allí" ;)

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    1. Gran aportación Gema. Muchísimas gracias.
      El tráfico es tremendamente caótico en Estambul, y subirse en un taxi, es una experiencia para gente con el corazón a prueba de bombas.
      Sin embargo, el tranvía funciona muy bien, es muy económico y tiene una buena frecuencia.
      Además, el ferry que une ambas orillas es una forma tremendamente económica de conocer el lado asiático. Salen cada poco tiempo, y cuestan lo mismo que el tranvía, 4 liras turcas, que es poco más de un euro.

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  2. Genial publicación!!!!
    Me encanta viajar, y me parece una descripción muy apañá, no sabiá que me pudiera gustar Estambul!
    Muy completa la entrada, pero quizás eché de menos el cambio de moneda,cómo lo gestionastes?
    Un saludo Hugo, aquí una enfermera que te leerá��

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    1. Gracias Martita! Encantado de tenerte por aqui.
      Mira, el cambio de moneda siempre lo gestiono igual. Me guardo en el movil a como está el cambio, y en el primer cajero que me encuentre en aeropuerto, saco pasta. Es evidente que te cobran comisión, pero es menor que si lo haces en cualquier oficina de cambio, busques lo que busques. En mi caso fueron 6 liras turcas de comision, unos 2 euros...y mi padre no estaba convencido del tema, fue a la casa de cambio que más le convenció...para que le cobrasen 7 liras turcas. Aún tengo los dos recibos para burlarme. Además, asi no tengo que volar con una gran cantidad de dinero, cosa que siempre puede ocasionar un problema.
      Un saludo Martita!

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