miércoles, 25 de febrero de 2015

LA VIDA ES BELLA

Esta semana, me ha dado por ponerme cinéfilo. Debe ser la resaca de los óscars.

Y hoy voy a hablar de una de esas pocas películas, de las que todo el mundo está de acuerdo que es extraordinaria.

La vida es bella.



El primer mensaje que nos envía, ya es de optimismo.
Parece simple, lo hemos oído mil veces. Pero vamos a fijarnos bien.

La
Vida
Es
Bella.

Recórcholis!! Claro que lo es!!! La vida es maravillosa, y Roberto Benigni, en un triple papel como director, guionista y actor principal, nos da una auténtica clase maestra de como hacer una película que se instale para siempre en nuestros corazones. Y se instala, porque a pesar de las inevitables lágrimas que surgen un par de veces a lo largo del metraje (especialmente al final, como tiene que ser), nos deja un regusto dulce, una sonrisa, que nos llena de esperanza y que nos lanza al mundo real con optimismo.

Bueno, si ves que es demasiado optimismo para poder vivir, y eres uno de esos seres que se regodea en su propia amargura (se de lo que hablo, pero me estoy rehabilitando), siempre puedes poner Gran Hermano Vip, el debate sobre el estado de la nación, o ir al quiosco a que te den La Razón, como a los tontos.

Pero en general, incluso el alma más negra, más desencantada, no podrá menos que sentir, aunque sea solo un instante, que la vida no es tan asquerosa tras visionar esta espectacular obra de arte.

Si alguien no conoce aún el final de la película, seré cuidadoso con los "spoilers", pero creo que todos los que nos sentamos a verla, conocemos un poco "de que va a ir".

Italia fascista, años previos a la segunda guerra mundial y un protagonista judío.

mmm...pinta mal.

Y lo primero que nos dice una voz en off, es lo siguiente: " Esta es una historia sencilla, pero no es fácil contarla. Como en una fábula, hay dolor, y como una fábula, está llena de maravillas y de felicidad. "

Sigue pintando mal.

Pero desde la primera escena, podemos saborear el frescor, y el dulce optimismo que transmite Benigni, (en la película, Guido), cuando cae literalmente en sus brazos, la adorable profesora Dora, a quién, desde el primer momento, le dirige ese inolvidable "Buenos días, princesa".



Buenos días, princesa. Con que poquito, transmite tanto. Flirteo, enamoramiento, ternura, y pasión. Ese mismo saludo, irá evolucionando a lo largo de los minutos, pero siempre nos indicará el amor que Guido y Dora se profesan.

Pero las cosas no son fáciles, puesto que en plena Italia de Mussolini, Dora está prometida con un "mandamás" del partido fascista, y Guido, no es más que un trabajador en el hotel de su tío, también judío como él.

Se suceden los gags, siempre inteligentes, al mismo tiempo que Guido va conquistando a Dora.
Inolvidable el de la cena en el hotel, cuando Guido "vende" al cliente, lo único que tienen, quedando dicho cliente sumamente satisfecho con su elección.

Finalmente, Guido y Dora huyen a caballo, y la acción se traslada a unos años más tarde. A 1944.



Y vemos a Guido paseando con el hijo que ha tenido con Dora, en lo más duro de la represión antisemita.

El niño se llama Giosué.

Intentan entrar a una tienda, pero en el letrero indica que está prohibida la entrada a los perros y a los judíos, y Giosué, con sus 5 o 6 años, pregunta a su padre.

¿Por qué no pueden entrar los perros y los judíos?

Y su padre le resta importancia, diciendo que en su librería, a partir de mañana, prohibirán la entrada a las arañas y a los visigodos. "Me tienen frito estos visigodos"



Ahí empezamos a comprobar por donde irá la parte principal de la película. Un padre, repleto de amor, que intentará ahorrar el sufrimiento a su esposa Dora, y sobre todo, a su pequeño hijo.

Intentando que Giosué, siga siendo un niño en medio del horror que se aproxima.

Como ya sabréis, acaban en un campo de concentración alemán, y en todo momento, Guido se esfuerza por mostrarle a su pequeño hijo, que están en un juego, y el que más aguante sin llorar, y el que mejor se esconda, ganará un tanque. Le irán dando puntos cada día por cada logro conseguido. Y el primero en llegar a mil puntos, se lleva el carro de combate.

Se me saltan las lágrimas al recordar como Guido, sin tener ni idea de alemán, traduce para todo el barracón lo que dice el responsable del campo cuando explica las normas del mismo.



" Empieza el juego, quien no haya llegado ya no juega. Se precisan 1000 puntos. El primer clasificado ganará un carro blindado nuevo. Menuda suerte. Cada día leeremos la clasificación por aquel altavoz de allí, al último clasificado le colgaremos un cartel que dirá: Asno. Aquí en la espalda. Nosotros estamos en el equipo de los super malos que gritan sin cesar, quien tenga miedo pierde puntos. En tres casos se pierden todos los puntos: los pierden, uno, los que empiezan a llorar, dos, los que quieren ver a su mamá, tres, los que tienen hambre y piden la merienda. ¡Nada de eso! Es muy fácil perder puntos, porque hay hambre. Yo mismo ayer perdí 40 puntos porque no pude aguantar y pedí un panecillo con mermelada. De albaricoque. Y él de fresa. Y nada de chucherías porque no os vamos a dar, nos las comemos todas nosotros. Yo ayer me comí 20. Me duele la barriga. Pero estaban buenas. Os lo aseguro. Perdonad que me vaya enseguida pero estamos jugando al escondite, me voy corriendo o me tocará pagar. "

Todo por su hijo. Todo en un ambiente de comedia, pero con una oscuridad que sobrecoge.
Llegándonos a lo más profundo de nuestra alma, deseosos de disfrutar con cada ocurrencia de Guido, pero viendo al mismo tiempo como la oscuridad se aproxima sobre nosotros, como cuando llegan las elecciones, y ves venir la mayoría absoluta de...bueno, de esos que tanto simpatizan con el dirigente italiano antes mencionado.



El final, como digo, requiere pañuelitos de papel a mansalva, pero a pesar de todo, nos reconcilia con la vida, con nuestras propias vidas, y nos hace querer decirle a nuestros seres queridos, cosas como las que le decía Guido a Dora, proteger a nuestros niños como hicieron con Giosué, o simplemente, disfrutar cada segundo, y pensar en un futuro llenos de optimismo.

Una película genial, que ganó en 1998 el Óscar a la mejor película de habla no inglesa (estando nominada para la mejor película en general), el Óscar a la mejor banda sonora, y donde, como no, Roberto Benigni, se llevó un merecidísimo Óscar al mejor actor.

Otro día hablaremos de la injusticia de que ni La Vida es Bella ni Salvar al Soldado Ryan ganasen el premio a mejor película, y en cambio, si lo hiciese Shakespeare in Love (WTF??!!!!)



Vamos a detenernos un pelín en los apartados habituales, pero debido a los sentimientos que despierta en mi ésta película, ya véis que poco más me queda por decir.

- Por qué verla?:

Porque llorar es sano, porque reir es sano, porque sentir es sano, y porque todo ello, nos hace más persona.
Para recordar una época oscura de la humanidad, y para entender al mismo tiempo, que siempre hay esperanza, que hay personas buenas y que, de un modo u otro, la bondad siempre triunfa. (si, vivo en Los Mundos de Yupi, pero dejadme a mi bola, jejejeje)

- Personaje favorito:

Por supuesto, genio y figura, el Guido interpretado por Roberto Benigni, es impresionante. Se ha criticado su exceso de histrionismo, su sobreactuación y su "banalización" de un suceso tan repugnante como el holocausto, pero tal y como lo veo yo, Guido representa el optimismo, la esperanza y la lucha contra el orden establecido con una sonrisa. Exagerando un poco...un Gandhi de nuestro tiempo.
Y como actor cómico que es, nos deja una serie de momentos inolvidables, para reir a mandíbula batiente.



- Momento favorito:

Ya he dejado dichos un par o tres de ellos, y la película tiene mil más. Momentos tiernos, cómicos o trágicos. Pero todos ellos momentos, que, dándole la vuelta a la frase de Blade Runner...no se perderán como lágrimas en la lluvia.
Por añadir otro y no dejar vacía esta sección, me quedo con una frase de Guido cortejando a Dora.

"Me olvidaba decirte, que tengo unas ganas de hacerte el amor que no te puedes imaginar, pero esto no se lo diré a nadie, sobretodo a ti. Deberían torturarme para obligarme a decirlo. Que quiero hacer el amor contigo, no sólo una vez, sino cientos de veces, pero a ti no te lo diré nunca, solo si me volviera loco te diría que haría el amor contigo aquí, delante de tu casa, toda la vida".



- Si te gusta La Vida es Bella te gustará:

Te gustará vivir. Es una película tan diferente, que aúna tantos géneros, que genera tantos sentimientos, y tan difícil de encasillar, que no es sencillo decir que otros filmes os podrían gustar a partir de este.

El resumen es que si te gusta La Vida es Bella, y su mensaje cala en ti, te gustará la vida, y serás capaz de apreciar la magia escondida bajo cada piedra de tu camino. Incluso aunque hayas tropezado con ella.



Voy ya con la ficha, amigos. Solo resta decir, que si no habéis visto La Vida es Bella, no se que hacéis perdiendo el tiempo leyéndome, y que si ya la habéis visto, no sé porque no estáis planeando verla otra vez.


FICHA:

La vida es bella (La vita è bella)

Estrenada en 1997

Director: Roberto Benigni

Protagonistas: Roberto Benigni, Nicoletta Braschi, Marisa Paredes, Giorgio Cantarini


p.d: "Hemos ganado 1000 puntos!! Un carro blindado!! Es para morirse de risa"



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