viernes, 13 de febrero de 2015

NATILLAS

Hoy el enfermero cultureta, pasa a ser enfermero cocinillas.

Esto si que es una novedad, porque aunque siempre me ha gustado bastante cocinar, era sobre todo cosas saladas, de comer en el día a día, y nunca me había puesto en serio con los postres.

Sin embargo, hoy es diferente. Desde la primera vez que las probé, me convencí de que no hay un postre tan rico como unas natillas bien hechas.

Pero pasa una cosa. A pesar de la extraordinaria comida que degustamos en Galicia, no son las natillas un postre que se encuentre fácilmente en los restaurantes, no sé porqué.

Y diréis, es que las natillas son castellanas, y no son típicas de aqui.

Correcto, tenéis razón...pero entonces a ver si me explicáis el aluvión de brownies, cupcakes, coulants, etc, etc, etc.

Aunque igual son postres legendarios de aquí y yo no lo sabía.
El resumen es sencillo. Los postres clásicos no están de moda.

Así que hoy me desperté con un antojo terrible de natillas, y me dije: Hoy, me "papo" unas natillas como que es Viernes 13.

Pero unas natillas...no unas Danet. Así que, al supermercado que me fui, previa consulta del libro de recetas, y allí me agencié un poquito de canela en rama, Maizena, canela en polvo, unos limoncitos y un litro de leche.

Esto es, junto al azúcar y los huevos que ya tenía en casa, lo único que necesitaremos para hacer este sabroso postre.

Y si tenéis unas galletitas tipo maría o algún barquillo, ya será el toque definitivo.

Pero vamos por partes. Lo primero, será poner a hervir un litro de leche, junto a una cáscara de limón y un palito de canela.



Aseguraos de que hierva al menos unos dos minutos, para que se aromatice bien la leche.
Y no hagáis como yo, que nunca tomo la leche caliente, y os olvidéis de que al mínimo descuido, se desborda, que luego queda la vitrocerámica pa´verla, jajajaja.

Cuando termine de hervir, es importante que retiréis el palo de canela y la cáscara de limón.

Mientras hierve la leche, cogeremos las yemas de los 3 huevos y los batiremos manualmente junto a 3 cucharadas de azúcar. Yo soy partidario del azúcar moreno, más natural y para mí, más sabroso, pero evidentemente, cualquier tipo de azúcar será válido.

Cuanto tengamos una sustancia espesa y con algo más de volumen, añadimos una cucharada sopera de Maizena, y continuamos batiendo, dale que te pego. Cuando duela la muñeca, es el momento de cambiar de mano. Se han dado casos de natillas con mano incorporada, tras desprenderse del resto del brazo.



Ah, y otro consejo...tampoco batáis nada encima de la vitrocerámica, porque entre la leche que se ha salido al hervir, los huevos y el azúcar, podéis crear otra vez la sopa primitiva (caldo primigenio) de Oparin en vuestra cocina.

¿que qué es la sopa primitiva de Oparin? Hora de volver al colegio...aunque quizá, seas un niño de la Logse, y la culpa no sea tuya.

http://es.wikipedia.org/wiki/Caldo_primigenio

Tras esta referencia cultural, continúo.

Asumamos que ya has batido suficiente la mezcla huevos, Maizena, azúcar.
Lo primero será tomarte un ibuprofeno para el dolor de la mano (paracetamol si padeces del estómago).



Después, con la leche aún caliente tras haber hervido (si amigos, tendréis que estar pendientes de dos cosas a la vez, con lo que probablemente, esta receta no será apta para hombres no enfermeros), la vais añadiendo poquito a poco al recipiente de la sustancia que habéis estado batiendo.

Recomiendo que lo vayáis haciendo con un cucharón, ya que según váis añadiendo la leche, tendréis que seguir batiendo (de ahí el consejo del ibuprofeno), y si volcáis directamente el cazo de leche sobre la mezcla con una sola mano, es posible e incluso probable que montéis el Cristo definitivo.

Que ya no es el caldo primigenio...es que si lo tocas, te vuelves Spiderman.

Pero bueno, esto de ser tan imprudente como para volcar la leche con una sola mano, mientras bates con la otra, y que se vaya la mitad por fuera, son cosas que se oyen, pero vamos, a mi no me ha pasado, que los que me conocéis ya sabéis lo ordenadito y curiosito que soy, y la paciencia que demuestro en todo lo que hago.

Una vez homogeneizada toda la mezcla, ponemos a hervir las natillas (ya casi les podemos llamar así), y aunque veréis que están muy líquidas, según vayan hirviendo irán tomando consistencia, y ya dependerá de vosotros si las queréis más espesas o no.



Cuando ya estén en ese punto deseado, las dejamos enfriar a temperatura ambiente una horita, y posteriormente en la nevera.

Tras un par de horas en el frigorífico, ya están listas para comer.

Es perfecto, porque esas tres horas en total, son las mínimas para poder limpiar la cocina y volverla a su estado original, antes del Big Bang.

Cuando las sirváis, es recomendable hacerlo en un recipiente individual, espolvoreando un poquito de canela y, como os decía, con una galletita o un barquillo.



A disfrutarlas. Os dejo con el listado de ingredientes necesarios para 4 personas.

Para las Natillas:

- 3 yemas de huevo. (mejor de gallina. Los de codorniz se quedan un poco justos)
- 1 litro de leche (leche, no ese engendro denominado leche desnatada)
- 1 palito de canela
- 1 limón (o medio limón)
- 1 cucharada de Maizena (si, esa caja enorme de algo que solo usarás a poquitos un par de veces al año)
- 3 cucharadas de Azúcar (prefiero el moreno, porque "solo se vive una vez"...si, vale, malísimo)
- Canela en polvo
- Galletitas o barquillos

Para los chapuzas como yo:

- 14 cucharas de diversos tamaños
- 1 paracetamol y/o ibuprofeno
- 3 cazos
- 5 vasos
- 7 platos
- 1 cocina
- 1 nevera
- 1 bote de vitroclén
- 1 rasqueta para vitrocerámica
- 4 trapos a los que no les tengas mucho aprecio
- 1 rifle de dardos tranquilizantes por si la sopa primitiva evoluciona más rápido de lo esperado.


Por cierto, según acabo de escribir ésto, las estoy probando...y coño!! Están buenas!!



Que ganas tenia de unas buenas natillas!!!



Receta original extraída del libro "As lambetadas de larpeiros"

No hay comentarios:

Publicar un comentario